Una de la plazas más pintorescas y reconocibles, emblema del barroco popular del siglo XVII. Diseñada para cumplir una doble función, la puramente urbanística como centro de la vida de la población y la de plaza de toros. Una de sus tres puertas era, además de acceso, callejón de toriles.
En 1624 se celebran los festejos taurinos a los que asisten Felipe IV y Quevedo, momento en que muchos historiadores consideran que se inauguró la Plaza Mayor tal y como la conocemos hoy en día.